sábado, 1 de diciembre de 2012

#YoEsperoalMesías


Al comienzo de la actual temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, Juan Carlos Lomónaco decía que no quitaba el dedo del renglón en su propósito de traer a la Compañía Nacional de Danza a Mérida, dada la cercana relación entre ambos. Si algo lo había impedido era el alto costo de producción de un espectáculo de ballet.

“El Mesías” sería un buen candidato a cambiar esa situación: su escenografía es mínima (unas cuantas bancas y un telón de fondo), el vestuario lo forman variaciones de pantalón y camisa-blusa blancos (los bailarines usan el mismo desde el comienzo hasta el final de la función) y la iluminación no requiere muchas modificaciones a lo largo de los 80 minutos.

Y, sobre todo, la obra es bonita, bonita, bonita; Mauricio Wainrot creó una coreografía que nos pone en sintonía con la belleza del oratorio de Haendel que le sirve de base. Escuché decir a un asistente a la última de las cuatro funciones de estreno de “El Mesías” que cada imagen que se formaba era una escultura; realmente lo eran, esculturas móviles, dinámicas que además transmitían la sensación de bienestar.

Si se animaran a invitar a la CND a Mérida para presentarla, talento local podría ocupar el lugar del Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes; después de todo la Sinfónica de Yucatán tiene experiencia tocando “El Mesías” y el coro que dirige Luis Luna Guarneros, cantándola. Sí habría que procurarse de cuatro voces solistas, pero entre todos los invitados que la OSY ha tenido en su historia creo que no sería muy difícil encontrarlos.

Me dio gusto ver actuar de nuevo a dos de mis tres bailarines favoritos de la CND y la respuesta del público a Juan Carlos Lomónaco como el director concertador. 

La CND agradece los aplausos a "El Mesías".

El barítono Guillermo Ruiz. A su lado, Encarnación Vázquez,
Conchita Julián, Alan Pingarrón y el bailarín Jesse Inglis.

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