Puede ser difícil hablar del trabajo de una persona polémica.
Llega a ocurrir que al hacerlo se confunde la apreciación de su obra con la
opinión sobre, digamos, sus conocidas diferencias con otros integrantes de la
comunidad artística.
Por eso he pensado mucho qué y cómo opinar de “Riturgia
yucateca”, que Víctor Salas estrenó el domingo 6 en el Peón Contreras. Y lo que
opino es que es un espectáculo recreativo que, sin ser (y tampoco me parece que lo
pretendiera) una forma elevada de arte, es agradable de ver.
Las tres partes en que se divide “Riturgia yucateca” están dedicadas a un aspecto de Yucatán:
“Equinoccio”, con un telón de fondo que evoca a Chichén Itzá; “En la milpa” y
“Celebrando el día de San Isidro Labrador”. Siguen la línea trazada por Víctor
en sus más recientes espectáculos, la de amalgamar géneros de baile y
disciplinas artísticas: hay ballet (con alumnos de las academias “Milne” y
“Universo dancístico”) y danza folclórica (los grupos juvenil y titular del
Ayuntamiento de Mérida), a veces entrelazadas, y música y canto interpretados
por una orquesta jaranera. El programa de mano anunciaba la actuación del Coro
de la Ciudad de Mérida, pero al menos el domingo 6 no se presentó esta
agrupación.
La coreografía es sencilla, apta para bailarines que en todo
momento dejan en claro que no son profesionales, aunque hay chicas que destacan
por su figura y flexibilidad. La primera parte remite a la época prehispánica
con saltos cortos y líneas geométricas; la segunda alterna baile folclórico y clásico,
con uniques y mestizas en zapatillas de ballet, un guiño al sentimiento de
pertenencia a Yucatán precisamente en
días en que se festeja el cumpleaños de Mérida, y la tercera es completamente
folclórica.
“Riturgia yucateca” me deja una sensación similar a la de otros trabajos propios de Víctor Salas (aquí no incluyo sus adaptaciones de
ballets de otros autores): que si algo tiene a su favor es sentido del espectáculo por su timing (lo que se nota, por ejemplo, en el número de repeticiones de un movimiento y los cambios de
ritmo para mantener al espectador entretenido)
y sus golpes de efecto: el programa comienza con la entrada de los bailarines por los accesos laterales del teatro y la tercera, con
los muchachos caminando y cantando en procesión entre el público y con la imagen de San Isidro desde la puerta principal del Peón Contreras.
"Riturgia yucateca" tuvo tres funciones en el marco del Mérida Fest.
"Riturgia yucateca" (foto tomada de la web de Diario de Yucatán). |
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