El amor dulce, platónico, ése que se expresa en cartitas
entre enamorados y poemas adolescentes fue el que predominó en la presentación del
Coro de la Ciudad de Mérida del miércoles 20 en el Centro Cultural Olimpo.
Un amor concentrado en música de diferentes épocas y
autores: el “Cántico de Jean Racine” y la pavana de Gabriel Fauré, el coro “A
Dance of Young Girls” de la ópera “Príncipe Igor” de Alexander Borodin, “Blow
Blow Thou Winter Wind” de John Rutter y el “Oboe de Gabriel” de Ennio
Morricone, con la que se abrió el concierto y fue, por mucho, la interpretación
que más disfruté en la hora de duración.
El cierre del programa, titulado “Con las cuerdas de mi
canto”, lo concentraron los valses de amor de Johannes Brahms, que no sólo
fueron cantados sino también recitados en alemán por uno de los jóvenes intérpretes
y enseguida traducidos al español, la mayoría de las veces por un compañero varón y otras por una chica.
Las voces del coro se escuchan bien entrenadas y las obras seleccionadas
son comunes en el repertorio coral por su belleza; sin embargo, debo decir que,
con excepción del “Oboe de Gabriel”, las interpretaciones no me conmovieron,
eché mucho en falta una actuación grupal con más sentimiento. Creo también que
la dinámica del concierto no le favoreció, pues las pausas que se
hicieron entre los valses para la recitación de los versos (a la que le faltó
más enjundia tratándose de composiciones de amor) cortaron el ritmo de la
presentación y la alargaron innecesariamente, pues en cada una de esas
ocasiones los dos declamadores abandonaban su lugar en el coro y se colocaban
ante atriles en el proscenio y cuando eran tres los recitadores la directora, la maestra Nidia Góngora Cervera, debía retirar su
propio atril del centro. Los versos los llevaban escritos entre sus partituras,
de manera que igualmente los podrían haber leído desde sus lugares en el coro.
También en esta parte hubo cambios en la distribución de las
voces (a los mujeres se les pidió acercarse más al proscenio y, después, a los varones
colocarse en primer plano y a las sopranos y contraltos, ubicarse donde por lo
regular están los bajos y tenores), que, por lo reducido del escenario del
auditorio y el número de cantantes (una treintena), se hicieron con lentitud.
Aunque el programa acreditó sólo a un pianista, el maestro
Roberto Sánchez, al final la directora agradeció también la actuación musical del
“maestro Carlos”.
El programa se repetirá el próximo miércoles 27, a las 9
p.m., en el auditorio del Olimpo. La entrada es gratuita.
La maestra Nidia Góngora Cervera se dirige al público antes de la interpretación de los valses de amor de Brahms por el Coro de la Ciudad de Mérida, en el auditorio del Olimpo. |
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