Jis y Trino en LA68, el domingo 10 de marzo. |
Cuando LA68 Casa de Cultura “Elena Poniatowska” anunció que
Jis y Trino la visitarían el domingo 10 para presentar “El Santos vs la Tetona
Mendoza” pensé que se trataría de una conversación informal sobre el proceso de
realización de la película o de una suerte de “A platicar a su casa”, el
programa del fallecido canal Ponchivisión en que Andrés Bustamante y el propio
Trino simulaban ir al cine a ver alguna gloria de la filmografía nacional, por
ejemplo una del Santo (el de carne y hueso), y se pasaban el tiempo haciendo
comentarios sarcásticos.
Finalmente fue una proyección como las habituales del centro
cultural pero antes y después hubo intervenciones de los moneros, que estaban
en Mérida para participar en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán.
La invitación a la proyección gratuita tuvo más interesados que
número de asientos; media hora antes del inicio (a las 8 p.m.) ya se habían
ocupado todas las sillas mientras afuera 60 personas esperaban entrar sin
conseguirlo, según se escuchó decir a la propietaria. Ya hubieran
querido Jis y Trino el entusiasmo de esa audiencia para la exhibición de su
película en las salas comerciales, pues le hubiera garantizado mejores
resultados en sus seis semanas en cartelera.
Trino dijo que entre las razones que les dieron para el
escaso éxito en taquilla estuvo que la película era demasiado guarra y sus chistes estaban
pensados para los varones, pero el monero consideró que esto no es cierto. Una
dama del público le dijo que coincidía con él porque las bromas eran
comprensibles por todos.
No sé si el género sea en verdad un factor determinante, de
lo que estoy convencida es que hay que tener un tipo específico de sentido del humor para reírse de todas las bromas que “El Santos vs la Tetona Mendoza” hace una
tras otra a lo largo de una hora y media. Reí de buena gana cuando el Santos y
el Cabo son llevados, atados, hacia el barranco por los zombies de Sahuayo que
siguen hipnotizados la música de la Rondalla de Saltillo, la única capaz de
atraerlos de esa manera, y cuando el
luchador y el Peyote se entrenan con el tema de “Rocky” de fondo. Pero la
historia está llena de bromas escatológicas y desviaciones a otras historias que
en un momento me hicieron pensar que estaría muy bien que ya terminara.
Tal vez si la película la hubieran estrenado hace unos 20 años,
cuando la irreverencia de la historieta extendía los límites de la libertad de
expresión en la prensa mexicana, otro sentimiento habría animado a ir a verla al
cine; pero en una época en que esa actitud se multiplica en los medios el humor de la cinta no tiene el aura de revolucionario que caracterizaba en su origen al Santos y la Tetona Mendoza.
Pero la proyección valió la pena por la oportunidad de ver, y sobre todo escuchar, la colaboración de los artistas
que prestaron su voz a los personajes (Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco,
Guillermo del Toro, Andrés Bustamante, José María Yazpik, Julieta Venegas,
Benny Ibarra, Ely Guerra, Moderatto…) y de conocer y reír
con los comentarios de dos iconos de la monería en México.
Jis y Trino en LA68 (estas dos fotografías son de Leslie Santos Bonilla). |
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