De Raúl Salcedo escuché hablar por primera vez cuando su
academia Península Flamenca existía solamente en Cancún. Después de unos
cuantos años de no saber de él me enteré que había abierto una sede de la
escuela en Mérida, a la que con regularidad invita a bailaores con trayectoria a impartir clases. A pesar de conocer la teoría de su trabajo, no había tenido la
oportunidad de ver cómo se traducía en el escenario esa experiencia de la que
hablaba en sus entrevistas.
Casi por casualidad supe hace una semana que Raúl actuaría
la noche de viernes en el restaurante El Segoviano, en San Ramón Norte. Animada
por la oportunidad de finalmente verlo en acción reservé una mesa “lo
más cerca posible” del escenario ante la advertencia de una alumna del bailaor que
debía ser así porque de lo contrario no vería nada.
Tenía razón, pues el escenario –a ras del piso- resultó ser mucho
más pequeño de lo que pensaba. Con Raúl, que además de bailar en algunas
canciones tocó el cajón, se presentaron dos bailaoras que son sus alumnas y el
cantaor Antonio Serrano.
No conozco los códigos del baile flamenco, no podría decir cuándo
el sonido del tacón es “limpio” ni si los brazos están bien colocados; mi
juicio sobre los espectáculos de este género se basa en qué tanta pasión
transmite el bailaor, qué tan honda es la huella que deja en el público. Raúl
satisfizo mi expectativa de ver a un artista, no a un simple ejecutante que
repite con destreza, aunque mecánicamente, los movimientos; su arte se ajusta a
las ideas que en mí evoca el flamenco: un baile que se interpreta desde las
vísceras, arrebatado, que no puede ser de otra forma más que temperamental.
Me hubiera gustado que quienes lo acompañaron esa noche compartieran su nivel (y que los meseros encontraran otras rutas para desplazarse por el restaurante sin obstaculizar la vista, aunque hay que entender que éste no es un teatro).
Si esta actuación no había sido suficiente, la despedida con
sevillanas nos regaló la brevísima presentación de Adriana Maresma “La Nani”,
invitada en esos días a ofrecer un curso intensivo a alumnos de Península
Flamenca. En segundos “La Nani” nos
confirmó que un artista no comienza a serlo cuando se coloca la peineta, el
vestido y los zapatos de tacón, sino que lleva tan interiorizada su actitud que
es capaz de desbordar de pasión flamenca bailando incluso con pantalón de
mezclilla y calzando cuñas, como ella lo hizo.
Al final de la presentación Raúl anunció que de nuevo
estarían hoy viernes 22, a partir de las 10 de la noche, en El Segoviano. El
restaurante se especializa en comida española, que no defrauda con su sangría, tortilla
con chorizo, calamares a la romana, queso fundido con champiñones, crema
catalana, mousse de chocolate… Así que buen provecho ¡y olé!
El cantaor Antonio Serrano y el bailaor Raúl Salcedo. |
Raúl Salcedo. |
"La Nani" en la despedida del espectáculo. |