lunes, 25 de junio de 2018

En la red de un anarquista

Eduardo Rodríguez como Plotino Constantino, en "El anarquista o
los martes de Mallarmé". Foto cortesía del Ayuntamiento

Hace unas semanas, un desayuno familiar devino en discusión política. Ante el panorama de la vida en el país, mi hermana decía que la única herramienta eficaz para cambiar un sistema de gobierno corrupto que causa pobreza e inseguridad es la revolución armada.

Guadalupe Quintal y Glendy Cuevas. Foto cortesía del Ayuntamiento
Igual de hartas nos sentimos ella y yo de un “orden de las cosas” que está hecho más para oprimir que para conciliar e igual de desconfiadas estamos de nombres, partidos y colores que se creen capaces por sí solos de allanar el camino para convertirnos en lo que anhelamos ser. Así que comprendo que calificara de ingenua mi idea de que, en lugar de una guerra interna, lo que se requiere es una sociedad civil fortalecida y organizada que sirva de contrapeso a los tiranuelos.

Pablo Mercader y Miguel Ángel Canto. Foto cortesía del Ayuntamiento
La anécdota viene a cuento porque son justamente dos hermanos los que en la obra “El anarquista o los martes de Mallarmé”, de José Ramón Enríquez, debaten desde los extremos del espectro ideológico la conveniencia de aceptar la propuesta de ejecutar un atentado para erosionar al régimen de Porfirio Díaz. 

Aunque en la pieza teatral —que hace temporada en foros de Mérida con la compañía Teatro Hacia el Margen, bajo la dirección de Pablo Herrero— el sentir general es de oposición a la violencia, su autor da a Despertar (Miguel Ángel Canto) y Plotino Constantino (Eduardo Rodríguez) la oportunidad de exponer con el mismo convencimiento las razones de su decisión: por un lado, ¿qué otras opciones quedan a los trabajadores para repeler las amenazas a su existencia? y, por el otro, si se levantan en armas, ¿quiénes son los que al final terminan muriendo?


Habrá quienes piensen que la mezcla de tema y época resulta en un guiso denso e indigesto, pero en las manos de Enríquez la trama fluye con seriedad al mismo tiempo que con dosis justas de humor que mantienen al espectador involucrado en la intriga en la que José Manuel, el Lagartijo (Pablo Mercader), un “niño bien”, sobrino de José Yves Limantour, atrapa a Plotino Constantino, Despertar y la hermana de éstos, Aurora (Glendy Cuevas), con tal de materializar la fantasía de ser como el poeta francés Stéphane Mallarmé, quien desde la intelectualidad apoyaba a grupos anarquistas. 

El director Pablo Herrero en el papel del general Miguel Negrete.
También interviene como un policía y un ciego. La fotografía
es cortesía del Ayuntamiento

A la agilidad de la obra contribuyen los diálogos de rápido intercambio de ideas y recursos como que de cuando en cuando Plotino Constantino se olvide de la cuarta pared y narre o filosofe en aspectos de la historia dirigiéndose al público e, incluso en un momento, al propio dramaturgo, cuya imagen es proyectada en las sábanas que sirven de telón.

José Manuel revela a su novia (Susan Tax) sus planes con los anarquistas durante un baile de pareja en que la chaperona (Guadalupe Quintal, quien también interpretó al ama de llaves y la cantinera) representa un simpático elemento, mudo, de la coreografía. Los novios hablan en verso y las líneas de cada uno riman con las de su contraparte.

No hace falta pensar mucho en cuál es la conclusión de la trama; después de todo, el mismo Plotino Constantino la anticipa.



Fotografía cortesía del Ayuntamiento
El elenco, del que quien esto escribe destaca por su naturalidad las actuaciones de Glendy, Miguel Ángel y Guadalupe, cerró el sábado 23 las funciones previstas en el auditorio del Centro Cultural Olimpo. La presentación del día anterior se realizó ante un público cuyo número demuestra lo poco consciente que está Mérida del privilegio de tener a la Medalla de Bellas Artes 2016 como residente en la ciudad.

La obra es arropada por el diseño de iluminación de César Moguel; el sonoro de Frédéric Hatchondo; la utilería de Mayra Bustillos y el vestuario de alumnos de Diseño de Modas de la Universidad Modelo con la coordinación de Rocelia Evans.


La puesta en escena es beneficiaria del Fondo Municipal para las Artes Escénicas y Música del Ayuntamiento de Mérida.

“El anarquista o los martes de Mallarmé”, producida por Ricardo Tatto y con producción ejecutiva de Iván Rubio, se presentará este viernes 29 y sábado 30, a las 8:30 p.m., en Teatro Casa Tanicho. El boleto cuesta $50 general y $25 para estudiantes y afiliados al Inapam.



En el orden habitual: Miguel Ángel Canto, Pablo Herrero, Susan Tax,
Guadalupe Quintal, Eduardo Rodríguez, Pablo Mercader y Glendy Cuevas


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