lunes, 2 de junio de 2014

La noche se hace blanca

Asistir a tres eventos no da ni siquiera una idea general sobre el desarrollo de la tercera Noche Blanca, pero desde la experiencia personal se puede hablar de cosas buenas y no tan buenas:


Lo bueno

El Quinteto Clásico de Yucatán y el tenor Miguel
Ángel Mena, en la Casa de Montejo
  • ·         La gente respondió a la invitación a asistir a las actividades. Camino al Centro Histórico se podía ver a personas solas, en grupos de amigos o en familia consultando los programas y seleccionando los lugares a donde irían. No asistí a los eventos de la edición anterior, así que sólo puedo compararla con la primera y, sí, el número de personas que el sábado 24 de mayo recorrieron museos, galerías y otros espacios del Centro fue mucho mayor.
  • ·         A pesar de la concentración de personas y a que se respiraba ambiente de diversión, estaba claro que éste no era el reemplazo de la fiesta que sigue a los paseos de Carnaval: no fue una invitación a la ebriedad ni a los desfiguros; incluso se vio a parejas con hijos preadolescentes que seguían en la calle hasta las primeras horas de la madrugada.
  • ·         Hubo variedad de opciones para ver y escuchar, desde lo popular hasta lo académico con todos los matices del medio. Y, además, el acceso fue gratuito.
  • ·         El concierto del Quinteto Clásico de Yucatán en la Casa de Montejo. A las 11 de la noche, hora prevista para comenzar, se estaba dando la bienvenida a los asistentes. El quinteto lo forman los violinistas José Luis Chan Sabido, quien también lo dirige, y Flor Novelo; el violista Jaroslav Meluzin, la chelista Natalia Melikhova y el contrabajista Stanislav Grubnik, estos últimos cuatro músicos de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. El currículum de los cinco era garantía de calidad musical, que respaldó la ejecución de temas tradicionales de México y Yucatán, desde “Pájaro azul”, “Rayito de sol”, “Bésame mucho” y “Ojos tristes” hasta “Adoro” y “Contigo aprendí”, de Armando Manzanero, y “Peregrina”. Algunos temas, como “Peregrina” y “Nunca”, fueron acompañados por la voz del tenor Miguel Ángel Mena.
  • ·         La obra “Leaving USA” que Carlos Medina presentó en el Centro Cultural Olimpo, con la dirección de Gilma Tuyub. A pesar de que comenzó pasadas las 12 de la noche, el auditorio se vio lleno en más de tres cuartas partes. Se trata del monólogo de un oxkutzcabense que regresa de Estados Unidos, a donde emigró en busca de trabajo, con la intención de quedarse definitivamente en su tierra con su familia. El principal mérito de la obra es su capacidad para conmover el corazón con el drama de los inmigrantes sin volverse densa, pues la reflexión va calando entre broma y broma, que a una adolescente del público le llegó a producir un ataque de risa.
Carlos Medina en "Leaving USA"






Lo no tan bueno

Kaveh Parmas interactúa con una voluntaria
del público

La Giralda, en el atrio de la Catedral
  • ·         La demanda superó a la oferta y no sólo en lo que se refiere al acceso a algunos espectáculos (a eso de las 11 de la noche había que ver la cola que se había formado afuera del teatro “Felipe Carrillo Puerto”), sino también a restaurantes del Centro Histórico. Algunos para las 2 de la mañana continuaban abiertos, pero había que esperar a que se desocupara una mesa, su stock de bebidas y alimentos era limitado o el servicio resentía la falta de suficientes meseros.
  • ·         La presentación de La Giralda en el atrio de Catedral. El programa lo anunciaba a las 9 de la noche y comenzó 9:45. Algunas personas que habían ocupado asientos frente al escenario decidieron irse y otras se retiraron durante la función. La Giralda es un trío de artistas mexicanos e iraníes: Kaveh Parmas es cantante y actor, y Manuel Mejía y Mehdi Molaei, músicos. Su espectáculo comienza con Manuel ocupando su silla en el escenario vestido de frac, calzado con tenis Converse rosados y una máscara de paloma, lo que minutos después hace también Mehdi, con el mismo atuendo. Kaveh se presenta con una botella de lo que se asume es alcohol y hojas sueltas a las que va volando el viento. Se dirige al público con voz de ebrio y después de ser sujetado con violencia por Mehdi, quien le pregunta quién es y cómo se llama, Kaveh se declara escritor y admirador de poetas como Federico García Lorca. Es entonces que empieza la alternancia entre relatos al público y la interpretación de poemas de Lorca musicalizados, que se cantan con pretendido estilo de cante jondo pero que están lejos de sonar como aquéllos en la voz de un auténtico cantaor. Aunque la figura del borracho y exclamaciones como “¿Por qué todos los poetas son maricones?” pudieran hacer pensar que se trata de un espectáculo humorístico, en realidad no se trata de un divertimento, sino una reflexión dolorosamente sarcástica sobre la tragedia del artista perseguido por su obra y su personalidad, como lo fue García Lorca. Un espectáculo de este tipo merecía otro escenario, uno que favoreciera la intimidad con los artistas, la ausencia de los distractores habituales en un foro al aire libre: personas platicando, comiendo, caminando entre el público, incluso jóvenes que piensan que es gracioso subirse al escenario durante el desarrollo de la función y desde el fondo hacerle gestos al público. En un momento el trío debió competir con la música de una batucada que pasaba frente al Palacio de Gobierno y no sólo hizo difícil escuchar a La Giralda, sino que también le robó espectadores que prefirieron irse tras los percusionistas.
  • ·         No fue mi experiencia, pero la dificultad para trasladarse entre diferentes puntos por el tiempo que le tomaba a las guaguas cubrir sus rutas y el caos vehicular favorecido por el cierre de calles fueron aspectos muy comentados contra la organización de la Noche Blanca. Una sugerencia para quienes se aventuren a asistir a la cuarta edición, en diciembre: dejen el auto en un punto apartado del primer cuadro, lleven zapatos bajos y dispónganse a caminar y caminar. El corazón y el hígado lo agradecerán.

2 comentarios:

  1. Muy de acuerdo contigo en las cosas buenas y también las áreas de oportunidad a las que yo agregaría:
    Algunos eventos, como el concierto barroco en Catedral, comenzaron más tarde de lo anunciado lo que hizo que se empalmara con el de la Casa de Montejo y que no pudimos gozar en su totalidad por llegar a la mitad del mismo.
    La batucada frente a la Cated5ral creo que fue innecesaria.
    Hicieron falta mayores señalamientos con los horarios de los eventos, ya que nunca encontramos dónde se repartía el mapita con el programa completo de eventos
    En otro caso fue necesario hacer una cola previa para conseguir pases para un concierto de guitarra que sería en el patio del Macay, pero hacer la fila requería de que pasaras tiempo "perdido" mientras podías ver otras cosas y llegar luego al concierto, por lo que decidimos prescindir de él.

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