Anahí Alonzo no
eligió cualquier cosa para hacer su debut como directora general de una obra de
teatro. La graduada de la Escuela Superior de Artes de Yucatán presentó el 25 y
26 de enero dos funciones de “Telefonemas”, una pieza de Edgar Chías intrépida
por su tema (el desdoblamiento de la personalidad, la multiplicidad de
existencias y la duda sobre cuál es la
verdadera) y su narrativa (son los propios actores los que van relatando la
acción).
A esto hay que
sumarle el reto interpretativo que para los tres integrantes del elenco
significa adoptar personalidades diferentes en segundos y, además, hacerlo a lo
largo de dos horas.
Hay que alabarle a Anahí la elección de Elidé Uc para interpretar a
“Wanda y las otras”, porque la actriz, también egresada de la ESAY, no sólo es
convincente como la mujer suicida-mujer fatal que entabla una relación con
Ulises (Zaabdi Hernández), como la estereotipada secretaria Lupita y como la
agente de seguridad Jose, sino que es capaz de mantener esos papeles bien
diferenciados a pesar de que en ocasiones debe pasar de uno a otro a
velocidad de vértigo.
Estas cualidades también se ven en Antonio Téyer (“Ulises,
Esteban, los otros”), quien tiene a su favor ser la mitad perturbada y cínica del
personaje principal. En Zaabdi se echa en falta una recitación de textos más
suelta, interiorizada, porque, si ya algunos diálogos y monólogos fueron escritos
por Chías con palabras no cotidianas, darles una entonación de declamador los
hace escucharse artificiales.
Zaabdi Hernández, Elidé Uc y Antonio Téyer al final de la segunda presentación de "Telefonemas" |
La obra tiene un ritmo veloz, que en el inicio se marca con una
coreografía en que los tres personajes se desplazan con movimientos rápidos y
convulsos. Un acierto, por ser una forma de mantener la atención del
espectador, es involucrar al público en la obra, al pedir a algunos asistentes
que sostengan piezas de utilería a las que se va recurriendo conforme avanza la
historia e interactuar con ellos, como le ocurrió a quien esto escribe, a quien
“Ulises, Esteban, los otros” le recitó en un momento palabras dirigidas a
Wanda.
A pesar de todos estos aspectos a favor, en los asistentes
del sábado se notó cierto cansancio después de un tiempo de iniciada la
función, en lo que pudieron influir las condiciones del foro para una obra de esta duración y características: en la Sala de
Arte del Conservatorio de Danza de Yucatán el público fue acomodado en sillas
metálicas colocadas unas muy cercas de otras, lo que no favoreció la comodidad de
los espectadores.
Las dos funciones de “Telefonemas” se enmarcaron en el
Mérida Fest. La entrada fue gratuita.
Anahí Alonzo se dirige al público al concluir la función |
Gracias por la nota!
ResponderEliminarAl contrario, gracias a ti por leer.
ResponderEliminar